El Viaje Aromático De Una Boda

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Hay muchas cosas que considerar al planear una boda. Más allá de las prioridades innegociables —el vestido, las flores, la novia o el novio— existe una lista interminable de pequeños detalles que contribuyen al gran día. De hecho, son esos toques finales y detalles cuidadosos los que hacen que una boda sea verdaderamente mágica, un recuerdo que todos los invitados guardarán por años.

“Quería que nuestra boda celebrara la vitalidad bañada por el sol del verano, con una paleta de colores en rosas y duraznos suaves, azules empolvados y naranjas de amanecer”.

Una parte esencial de la memoria es la fragancia. Tiene el poder de transportarnos a lugares de nuestro pasado, al abrazo de un ser querido, a un momento preciado. La naturaleza evocadora del aroma y nuestra nostalgia van de la mano. No es de extrañar que muchas parejas modernas lo usen para marcar su boda; eligiendo una fragancia que no solo refleje quiénes son y el tipo de boda que desean, sino que también pueda transportarlos de regreso a ese día y a todas las emociones vividas, por el resto de sus vidas.

Desde el inicio pensé en cómo quería que oliera mi boda, casi al mismo tiempo que en cómo quería que se viera. El aroma ha sido un marcador poderoso en casi cada momento importante de mi vida. Recuerdo el perfume que llevaba cuando conseguí mi empleo soñado, cuando cumplí 30 años, cuando me comprometí. Sabía que quería que el aroma tuviera un papel central en mi boda y en cómo la recordaré siempre. Así que reservé la experiencia Scent Your Wedding de Jo Malone London y llevé a mi mamá conmigo.

“Las bodas perfumadas han sido una pasión para la marca desde el inicio, formalizándose con los años en tres áreas principales: fragancias personales para la pareja, ambientar el lugar con aroma y resolver el tema de los regalos con obsequios personalizados para el cortejo”, explica Emma South, experta en fragancias y estilo de Jo Malone London. “Con nuestra amplia colección, existen infinitas maneras de reflejar la estación, el lugar, las flores y los elementos temáticos a través de distintas notas. Lo más importante, siempre en referencia al gusto personal, afinidades y rechazos de cada pareja”.

Yo suelo preferir notas intensas y persistentes de maderas ahumadas, oud, flores exóticas o frutas maduras, pero sabía que no quería que mi boda oliera como lo que uso normalmente (así que descarté of Velvet Rose & Oud, Pomegranate Noir y Tuberose Angelica). Tampoco quería que fuera una fragancia que asocio con alguien más (Red Roses siempre me recordará a mi mamá).

Nada demasiado gourmand, tampoco. Ni demasiado masculino —por más que adore la riqueza de notas como whisky y cuero, o la sensualidad subestimada del cedro y el abedul. Así que también quedaron fuera Cypress & Grapevine, Hinoki & Cedarwood, Silver Birch & Lavender.

Entonces, ¿a qué quería que oliera mi boda? Para responder, Emma me pidió describir la estética general, las características naturales del lugar, la paleta de colores elegida y otros elementos clave. Le conté que nos casaríamos en una finca georgiana entre las colinas de Kent, cerca del mar. La ceremonia sería en el jardín de rosas, rodeados de flores silvestres, zinnias, hortensias y verbenas en flor. Queríamos que la boda celebrara la vitalidad veraniega, con rosas y duraznos claros, azules empolvados y naranjas de amanecer. Natural, romántica, divertida y relajada; un día de baile y cócteles que fluiría hacia una noche tibia y luminosa, entre colinas y luces de hadas.

Con eso en mente, Emma seleccionó varias colonias para que mi madre y yo las probáramos sin conocer sus nombres, calificándolas de 1 a 10. “Esto es como una prueba de vestido; sabrás la opción ganadora cuando la lleves puesta”, nos dijo, animándonos a probar la filosofía de Scent Layering de la marca (combinar distintas colonias). Cada fragancia está diseñada con pocos ingredientes, pensada para mezclarse con otras, creando un aroma nupcial único.

Tras probar y deliberar, elegí dos que capturaban el espíritu de nuestro día: una floral ligera, suntuosa pero no empalagosa, con jugosos matices; y otra igualmente romántica y luminosa, pero con un toque extra difícil de describir, como una versión más soleada y cálida de un almizcle blanco.

Emma reveló los nombres: English Pear & Sweet Pea y Peony & Blush Suede. Luego, un masaje de manos y brazos con el Peony & Blush Suede Body & Hand Wash y Hand Cream. “Esto ayuda a descubrir distintas formas de usar una fragancia, creando capas que prolongan su duración”, explicó. “El día de tu boda, comienza la preparación con Peony & Blush Suede Bath Oil, que aportará calma y la primera capa de aroma. Después, aplica la rica crema corporal para una piel luminosa y flexible, asegurando que tu fragancia perdure. El toque final: un rocío de English Pear & Sweet Pea sobre el vestido y el velo, creando una combinación única”. También planeo usar velas de Peony & Blush Suede en todo el lugar; nada añade tanto a la atmósfera romántica como el resplandor ámbar de la luz de las velas. “Agrupar velas en distintas alturas da un impacto visual”, añadió Emma.

La personalización fue el broche final perfecto: me llevé ambas fragancias grabadas con mis iniciales de casada en la icónica caja de Jo Malone London con cinta y las palabras “Bride-To-Be”.

No podría estar más feliz con mis fragancias de boda. Juntas, las flores delicadas crean un ramo brillante, con pera y manzana aportando frescura, y notas de pachulí y gamuza que suman sensualidad sutil. Huele a la mejor fiesta de jardín, con invitados bailando entre flores silvestres, niños jugando en el huerto de peras y el sol de verano filtrándose entre los árboles. Huele a mi boda. Y juntas, estas fragancias tendrán el poder de llevarme de vuelta allí por el resto de mi vida.